La llaman Málaga la bella, y es que sin duda alguna, esta provincia ubicada al sur de España rebosa un mar entero de colores, sabores, cultura y arte, todo eso acompañado del buen humor y la calidez del malagueño. La capital de la Costa del Sol se ubica tras los montes que la resguardan del frío y que dejan paso a los rayos del sol que bañan la ciudad con agradables temperaturas, ideales para disfrutar de todo el esplendor de una ciudad que está viva durante todo el año.
Málaga milenaria y cosmopolita, donde convive lo moderno con lo antiguo, testigo fiel de la cultura mediterránea. Potencia de la industria turística andaluza, donde nunca es invierno y sus pueblos blancos, están llenos de románticas leyendas. Provincia donde cada rincón tiene su propia historia, desde su catedral mejor conocida como “La Manquita”, por falta de una de sus torres, pasando por Gibralfaro, mirador que ofrece la mejor postal de la ciudad, seguida por sus playas, donde poder saborear un espeto y una caña, admirando las aguas del mediterráneo es casi una parada obligatoria, para disfrutar el sentir andaluz de esta mágica tierra.
La ciudad en la última década, se ha convertido en el epicentro cultural, más allá de ser el lugar de nacimiento de Picasso, y es que ese “Imperio de luz” tal y como la describe Ortega y Gasset en uno de sus poemas, ha apostado por nuevos museos como el Centro Pompidou y el Museo de Carmen Thyessen, también acoge cada año el Festival de Cine Francés y galardona con la Biznaga de Oro a grandes proyectos cinematográficos en su propio festival de cine español.
No cabe duda que Málaga está de moda y es que el mismo The new York Time recomienda visitar la provincia en 2016, ubicándola en el puesto 43 de entre 52 destinos que denomina como imprescindibles visitar este año.
Ya sea invierno o verano, Málaga está viva todo el año. Y en su atmósfera se percibe algo que indiscutiblemente enamora.
Super Chulo
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